La externalización, término derivado del concepto anglosajón ‘outsourcing‘, es una práctica cada vez más extendida entre todo tipo de empresas que buscan reducir sus costes y, con ello, aumentar sus márgenes de beneficios sin que, por ello, la calidad de los trabajos se vea afectada. Esta técnica, como no podía ser de otra forma, también es aplicada a las labores de mantenimiento industrial, algo que permite a las compañías ahorrar en personal y centrar el uso de los recursos en las tareas estratégicas propias de la gestión.
Hay que decir que, aunque muchas veces no es considerado como tal, el tiempo, a la hora de gestionar una empresa, es prácticamente tan importante como el dinero. En este sentido, la externalización de las labores de mantenimiento industrial permite que los trabajadores puedan centrarse en las tareas más importantes para el devenir de la compañía sin tener que preocuparse de los pequeños detalles. De esta forma, es posible evitar el derroche de horas de mano de obra y, de paso, aumentar el control que los directivos poseen sobre su compañía al poder centrarse sobre lo realmente imprescindible.
Pero, como ya hemos comentado, la reducción de costes que supone la contratación de una empresa ajena y su correspondiente personal cualificado para ejercer las tareas de mantenimiento industrial es la principal ventaja de esta estrategia. Y es que, al convertir los gastos considerados fijos de plantillas en variables dentro del presupuesto y, con ello, reducir las cargas sociales e impositivas propias de la contratación directa, el ahorro está garantizado. Además, puesto que la compañía subcontratada se encarga de la selección de su propio personal especializado, también es posible disminuir gastos en el departamento de recursos humanos y similares.
Por todo ello y sin lugar a dudas, la externalización del mantenimiento industrial es una clara ventaja competitiva en estos momentos pues permite aumentar la productividad y reducir los costes sin que, por ello, la calidad de los trabajos se vea afectada. De esta forma, la empresa podrá estar perfectamente preparada para afrontar el reto de adaptación que suponen estos tiempos y las nuevas demandas de los clientes.
Departamento de proyectos y obras:
